AL VELERO

 I

Largas noches, de oscuro pensamiento
que va difuminando  la caricia,
regalo de un anclaje tan incruento
y  fondeo en bahía subrepticia.

¡Levaste ancla velero! Fue tardío,
en despedida mansa, sin aliento
para escuchar las voz que acaricia

ni saber lo que oculto trae el río;
respirando tus velas al viento
la nostalgia  que vuela, que se inicia,
y brota gota a gota tu suspiro

al saber que pierde  luz el faro,
del amor ver su último respiro
y la desesperanza de su amparo.


II

Amanece sensible a tu memoria,
el oleaje en muelle sollozante,
que choca sin impulso y sin euforia.

De caricia suave y anhelante,
de besos a tu piel en sus aguas,
de la complicidad del sol y el viento
agitando sus nervios frente al río

y entre los silencios de su fragua
la conquista de guiarte al hundimiento,
si anega tu cubierta de amorío
(que al velamen y mástil enjagua)

y al contacto se hace turbulento.
En tiempo tus anhelos desagua,
te arroja a atracar sin rompimiento.

NOCHE SIN LUNA

Vaga la ausencia

recogiendo tristeza

en el camino

Senda en penumbra

entre silencios vanos

noche sombría

Taciturna es

en la calma que azota

la soledad

Desamparada

por níveo resplandor

en interlunio

De luna nueva

de cocuyos brillantes 

noche sin luna

GESTACIÒN

Tormenta en el camino de la nada

-solo un decir, la nada es ausencia-,

tristeza que se adhiere sin clemencia

como preñez de amor que no es pintada.

Gestación en silencio y ajustada

a los porqués que trae la dolencia,

que patean entrañas y paciencia,

entre notas perdidas de tonada.

Gravidez de riesgo y testaruda,

de borrosa visión por las ventanas,

se traga en soledad la negra viuda.

Tirando de su traje, piel congoja,

no escucha un ruiseñor sino campanas

que alertan de la flor que se deshoja.

Malpare la nostalgia y la tristeza;

evoca lo que fue, sin su dureza...

INSEPARABLES

Entre la tibia niebla la tormenta de amores,
de amores mezclados creando riachuelos,
riachuelos sin poma renuevan los anhelos,
anhelos y ensueño con aromas de flores.

Escapan de los férreos torrentes del viento, 
desean la quietud de plácidos refugios, 
se tropiezan sus almas vacías de  efugios,
alzándose sin alas al destino sin cuento.

En bosquejo del nido en ramas de sus vidas
se enardece el amor en vuelo a lo divino,
pájaros del amor al maridaje genuino,
en sutil conexión sus almas desvestidas.

Indemne los lienzos en lecho indefinido,
indefinido enigma que corre con el tiempo,
tiempo que se esfuma sin fuga de entretiempo,
entretiempo de gozo...a otoño su latido.

SENTIR

Que sean para mí los besos de tus labios,

que desnude mi cuerpo el calor de tus manos,

me abrigue tu piel, cálida por mis besos.

Que sean para mí alboradas y ocasos,

entre aguas que corren sobre el frío de arena,

entre rosas que abren sobre un forraje siena.

Se abren con humedad mis ojos en el alba

y trazos de sonrisa delinean mis labios.

El corazón me anuncia un día para amarte, 

queriendo escapar de su espacio y correr,

esparcir su llovizna de amor, para bañar 

sin tregua mis sentidos; imaginarte sol

con cálidos destellos y fascinante  efecto,

que me empuje a  sentirte más que antes «ayer, horas».

Ecos de tu silencio los atrapa  mi alma,

los sumerge en el cauce de amor de río en calma 

y los vierte en mi mar irritado de anhelos,

océano escondido en albor y crepúsculo,

que ocupa la aridez de noches de desierto,

con entregas profundas, en un nuevo universo