Elevada plegaria en canto afligido,
inquieta los níveos hilos de arañas,
vuelan águilas desde verdes montañas,
halcones peregrinos salen del nido.
Blancas nubes, en prados, cielos y mares,
disipan la escarcha de gris rocío,
arropa el valor de un pueblo bravío
con un manto de luz a negros altares.
Destierro de demonios, canto de aliento,
tan lejos del infierno que hoy conocemos,
mas sus orcos esperan justo momento.
Desde donde inspiran los puros vientos
las manos extendidas presenciaremos
dando fuerzas, para nuevos cimientos.