Claros
recuerdos
vacíos
de caricias
la
soledad
que
abrasa en silencio las entrañas;
danza
con libertad
y
llena de ansiedad
sin
entender las ansias tan extrañas.
Vivos
recuerdos
clavados
como espinas
el
pecho gime
ante
el débil estío del olvido;
y
la piel no se exime
del
frenesí sublime,
del
aroma encontrado prohibido.
Se
van quedando
sin
aliento las flores
la
vega quieta
envuelta
en el mantón de la añoranza;
como
triste goleta
por
olas en tardanza
si
no sopla la brisa y las afianza.
Buscará
el rumbo
hacia
su fin un sueño
en
sepultura
se
abrazan los fantasmas poseídos;
volverá
la cordura,
los
aires de dulzura,
aliento de otros sueños distraídos
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