01 marzo, 2015

ÍNTIMO



La melodía de tu voz,
junto al eco de tu risa
y frescura de tu alma,
capullo de luz bendita
que ilumina seductor
lecho de río sin calma.

Brisa colmada de aurora
en el silencio del bosque,
que despierta las raíces
-en letargo bajo el monte-
y las riega gota a gota
de amor entre sus matices.

Notas en teclas de piano
y en las cuerdas de violín
-copia de mágica flauta-,
que mezclan con el jazmín
pétalos y olor del nardo,
canalizando la ruta

de amor que se hace pasión,
de silencio en una ausencia,
las aguas del río en mar;
adormeciendo la pena,
que abrazada con fervor,
fenece ante el verbo amar.

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