Goza el tintero frente al dibujo
de la grandeza de aura y de linfa,
de la tierra sus frutos de embrujo,
caídos de soto en tretas de ninfa.
Mañana fecundado en el nido
tras la terca llovizna de besos,
en paisajes de amor sin olvido
sin llanto de cristal...y regresos.
Piélago con cortejo de peces,
alondras matizando el espacio
rebaño que en el pasto pareces;
príncipe o soberano en palacio.
Veredas ensambladas de luna,
cada día una estrella de luz
siempre presente como ninguna,
no lleva en su bregar una cruz.
Goza el tintero frente al dibujo
de la mágica y bella existencia,
caridad de años dando su lujo
y con afrentas tiene paciencia.
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