"No, nada llega
tarde, porque todas las cosas
tienen su tiempo justo, como el trigo y las
rosas."
Llegó el tiempo justo, cuando las rosas florecieron junto al trigo y el viento provocó vaivenes injertando
sus esencias.
"No diré que esa
noche que sólo a ti te digo se
me encendió en
la sangre lo que soñé contigo."
No te diré que esa noche se encendió mi sangre cuando te soñé, elijo que sepas que despierta vive ardiendo de solo pensarte.
"Espero tu sonrisa y espero tu fragancia
por encima de todo, del tiempo y la distancia."
En la languidez de la espera, dibujé tu sonrisa y ensayé tu fragancia –la
encontré- para confinar el tiempo de tu ausencia y cerrar la distancia de
nuestro encuentro.
"El mar sigue cantando cuando pierde una ola."
Yo seguiré cantando, aún
cuando no agite viento que traiga oleaje que bañe cada nota de mi melodía.
"Pero, ¿cómo no amarla señor, si tú hiciste
que fuera turbadora y fragante como la
primavera?"
No
pregunto; doy gracias por sentirte verano, por la tibieza de tu amor y antorcha
de mi pasión; otoño, cuando eres sol que se oculta refrescando las
arremetidas del estío; invierno, dejando de ser rocío para ser lluvia
que baña todo mi cuerpo o frío que cala hasta mis huesos; y
primavera –provocando un sentir que vigoriza
mi alma y mi cuerpo.
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