¿Cuántas veces borraste
tus escritos?
¿Cuántas veces vagaste por
las sombras
y ahogaste en cojines graves gritos?
¿Cuándo impregnas de llanto
tus alfombras,
cuando miras su cara en la
ventana
y atormentada tu alma, casi
nombras?
¿Cuándo sientes su esencia
más cercana,
cuando ciegas el pozo de la
espera,
y en traje de gitanos, tu
alma sana?
Si un día la tristeza te venciera,
el presente secara tu
cascada,
y el canto enamorado ya
muriera...
relucirán luceros
tu calzada.
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