Florida en el jardín, en desesperanza,
de ilusiones dormidas y
pétalos rosa,
espinas aguzadas, tristeza
copiosa,
entre brisa escarchada
bailaba su danza.
Al estigma, minando gotas de
esperanza:
sin reclamo de ofrenda, tal "trono" -la
Diosa-,
celado de la piel -sentir-
de la rosa,
gozar de tierra dulce, no de amarga granza.
Un sueño tiene vida: limadas
espinas,
en un mar de alegrías con
brisa templada,
rocío en la mañana de
caricias finas.
Manos que no se hacen,
nacieron con vida,
arado delicado sobre flor
añada,
vieja melancolía de rosa,
barrida.
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