11 mayo, 2015

INVIERNO



Amanece con nubes saciadas de plomo
que duermen el pensil radiante de sueños.
Es arrastrado el céfiro por vientos tormentosos
entre grises lenguajes que desentrañan cómo

quebradizas raíces colmaron serranías,
el hastío del sol en terrenos floridos
y el ahogo por aguas sin concebir después
del selvático verde, prófugo del camino.

Lento galopa el reloj en las noches sombrías
y más gimen las nubes en montañas ocultas
desprovista de palmas, sin poder evitar
desnudar sus entrañas, sus escamas sepultas.

Invierno, tempestad que pétalos marchita, 
tormenta que desgarra montañas soñadoras
talladas de abandono antes de las auroras,
como el claro silencio que se siente en la ermita.

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