18 agosto, 2015

DISIPACIÓN


Difuminarse un sueño, 
en tiempo y espacio,
entre las remembranzas
de borrascas nocturnas de algún faro

y un bosque impenetrable,
con follaje que frena
la brisa por veredas
en otoño con luces de invierno,

es trepar la montaña,
sin hundir la oriflama
seductora en su cima,
y no libar lo dulce de la brisa,

con sus brazos de miel 
sus ecos de romances
y sus labios de seda,
que cautiva en éxtasis de besos.

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