17 septiembre, 2015

A"MARTE"



Fue, la ferviente lucha contra la distancia,
causa que nos llevó a viajar al encuentro
entre lo demacrado y troqueles de  estatua,
entre baldíos valles y montañas de fuego.

Entre canales secos y el frío que volaba,
la fuerza del amor se hizo rojo destello,
en ausencia de mares que los cuerpos bañaran
con sus olas nerviosas de vaivenes lentos.

¡Secos!, sin la tibieza y frescor de las aguas, 
me sumerjo en tu mar de dulces caricias, 
entre tenues susurros creadores de tonadas
(con tus versos que arropan y mi prosa que abriga),

envuelta en el sutil y encantado oleaje
que atrevido me arrastra mecida en torbellino.
Y endulzas tu mirada y ofreces besos suaves
en lecho de las dunas, al pie del Monte Olimpo.

Turbadas sus entrañas despierta del sueño
con airado estallido de evidente emoción,
hay seres risueños y amantes en su suelo
derritiendo la escarcha, que en su fondo crujió.

A a"marte" me llevó la profunda ilusión
con sus lunas oscuras como fieles mecenas
(sin dar brillo a las noches), y tus besos de sol
rompiendo la penumbra en confección de mis hebras.

Cada luna, con nombres de negras emociones, 
me recuerdan que son diques que la luz guardan,
diques para las sombras en nuestra hazaña,
en la obra de un paisaje con arcoíris insomne.

¡Nombres negros, en lunas con sangre del amor!
Mirar su interior, más no su piel, es soñar
con las voces del alma en henchida conjunción
en riego de besos, brazos de olor floral.

Dejar de ser los dos sobrevendrá a su tiempo,
cuando el paisaje tenga nubes de luz radiante ,
las lunas den entrada a los llenos de ensueño,
amanezca siendo arena y, tú, olas constantes.

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