En horas de encuentro y de codicias,
de temblores y canto seductor,
de íntima algarabía y esplendor,
ellas dejan de ser subrepticias.
...,y luego del fragor de las caricias
me dio a libar el vino del amor,
elaboró un licor, dulce sabor,
fruto y pasión en copas de delicias
Bañada en su coctel de hinojo y miel,
me embriagó la ternura en sus ojos,
reconocer sus manos en mi piel,
los susurros que forjan mis sonrojos
con flameado inocuo en un vergel,
eficaz abrasando mis antojos.
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