Recorrí
muchos
caminos…
Caído
llegué
a ti…
Y
lograste
inyectar
a
mi vida…
el
antídoto perfecto
para
sacar,
el
veneno
de
mi alma…
Alma
que
alicaída,
buscaba,
una
alegre campanada.
Esa,
que
le hiciera notar
que
aún
estaba
viva…
Y
apareciste tú…
Como
una vela…
Como
una vela…
Que
encendida,
me
indicaba
el
camino
a
seguir…
Ese
camino
fuiste
tú…
Y
en ese
hálito
de vida
que
me quedaba…
me
prodigaste amor
haciendo
revivir
la
ilusión
perdida…
Fuiste
tú,
vida
mía,
el
perfume
de
gardenia…
El
perfume
de
gardenia
que
revitalizó
mi
vida…
Dulce
amor vital…
No hay comentarios:
Publicar un comentario