Agua, bajo cielo
desnudo o en guarida
refresca el manto
de tierras destruidas
renaciendo las
simientes cohibidas
en pradera por la
aridez imbuida.
Viento, galera de
la brizna esparcida,
de verdes
anemófilas invadidas,
arquitecto de
relieves sin huida,
base de murallas
de agua endurecidas.
Sol, luz
palpitante en tu seno nacida
reciben alegres
aguas convencidas
que todas ellas no
serán absorbidas
camino a nívea
nube desposeída.
Luna, por lo
interminable revestida,
testigo de las
aguas del mar blandidas,
con mesura del
tiempo comprometida,
espejo del sol en
horas deslucidas.
¿Qué será de la tierra con sus
partidas?
La leontina de fauna contravenida,
los matojos dormidos en estampidas...
En esta tierra noble no habría vida.
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