28 noviembre, 2013

ALONDRAS




Alondras  descendidas como rocío de riego
emprenden  vuelo entre el  perfume de rosas,
cruzan en el desmán  de los jadeos del viento
a saciarse de dulzura en panales sin formas.
Repletos de miel para bautizar su juramento.

Sin temores a sombras y tiniebla
se aproximan a trote de corceles,
sus plenos escoltados por la niebla.
La alegría en alcázar de Cibeles.

Refugio de cuerpos frescos sin yermo,
confundidos entre velo de seda y vendas,
el calor del verano funde el frío del invierno,
el hambre se eclipsa cuando está satisfecha.
Lleno de fruto el vientre, la pasión desecha.

Alondras acogidas  en el nido
-el fruto natural levanta  en vuelos-,
por años un amor  fortalecido
la muerte ha quebrantado sus anhelos.

En los jadeos del viento,
escoltados por la niebla,
funde el frío del invierno

un amor fortalecido

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