28 noviembre, 2013

¿Y QUÉ HARÁS DAMISELA?


Te elegí como amiga y compañera,
idealizada musa, en su momento,
una suave mañana en primavera.

Mágicas ilusiones en el nido
día a día bañando los anhelos
sin señales de cuerpo decaído.

A pesar que el amor sigue viviendo,
alimentando unión con mil detalles,
como río sin beso de los valles
el dolor de mi amor estoy sintiendo.

Ha muerto la ternura de estos años
-la pareja real ahora somos-,
me retiro sin divas en los domos,
envuelto por la burla y los engaños

Haciéndote sentir tan deseada
-vivías en el hastío y la indolencia-,
con misterios y encantos en cascada
-por mí no te sentías  cortejada-.

¿Por qué no desnudé tu confidencia?

Fenecen fantasías en el lecho
-mentido de saciar tus exigencias-,
celoso de borrar  viejas carencias
-un puñal frío clavas en  mi pecho...-
no puedes ya aliviar serias dolencias.

Talo la negra selva de tu cuento
abriendo la cortina del silencio,
en el manto del tiempo mi lamento.

¿Y qué harás damisela?.
Tu afrenta no se irá  con la ventisca;
mi dolor no desvela,
hoy soy piedra, mañana la arenisca.
Encontraré la dama de mi cuento
la ribera y el mar,  olas y viento.

Yo seré el dulce rey, tu una plebeya;
meditará el vasallo una y mil veces
ser protagonista de tu crisopeya.

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