Reclamé a la vida nacer y ver florecer un amor entre
los dos.
Quiero invitarte a conquistarnos, sin condiciones, con el bello matiz
del
respeto profundo, para vibrar ante tu mirada -espejo de ternura-
y deleitar mi boca con el exquisito sabor de la miel de tus besos.
No pretendo mirar solamente tus ojos ni esperar que tus labios
se
abran para besarme, quiero desnuda tu alma y extendidas las
alas
de tu corazón; vivir el tierno gozo de una dulce
pasión cuando
no
urgió trucar tristeza por un gran amor.
No
hables... Sólo déjame confesar mi alegría de amar.
Al amarte le robo el miedo a la soledad para no dudar y me
regala suspiros el viento para confiar, se reaviva el brillo en mi
mirada, palpita trémulo y afanoso mi corazón… Termino por ser
feliz cada noche, con esa alegría que invita a soñar y no querer
despertar cada amanecer.
¡Este
corazón mío! Me incita a vivir entregándote mi amor…
Profundo
y total.
No hay comentarios:
Publicar un comentario