Mis manos parecían naves espaciales
que visitaban tus montañas ,
valles y ondonadas ,
aterrizaban , luego alzaban
un nuevo vuelo ,
así recorría todo tu hermoso mundo ,
tus luceros se abrían y cerraban
en un despertar de emociones ,
que hacían ondular tu cuerpo
como una pequeña barcaza
en alta mar ;
qué navegante más feliz ,
me sentía complacido
con toda esta conquista .
El explorador llegó a destino ,
dejando su estandarte
donde la ondulación
se hizo tornado ,
dejando en el valle
las nuevas semillas
de este viajero del tiempo .
No hay comentarios:
Publicar un comentario