Andrómaca, es el nombre que
susurran sus labios,
con mirada profunda tomados
de las manos
siendo ya misioneros mas,
nunca, son hermanos
sonrisas picarescas
entendidas por sabios.
Cabalga su silueta, sello de
pintalabios
dibujado en su cuello al
roce de besos llanos
cara a cara se miran, deseos
tan cercanos
mece el péndulo inverso,
flor de loto sus labios.
Despacio el nombre cambia
-tampoco corresponde-,
en idioma confuso: lalibrete
o levrette...
apoyada su espalda tras pecho
le responde.
De caderas profusas, sus
ganas no la esconde,
el nombre le ha cambiado
-sonriente la vedette-,
disfruta de los motes. ¡Delito!, ¡oprobio!... ¿dónde?
disfruta de los motes. ¡Delito!, ¡oprobio!... ¿dónde?
Este
enfoque sensual de besos y de caricia,
como
expresión de amor, fusión de dos que se quieren,
son
siluetas sensuales que las pasiones dieren.
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